Aquella noche en Venecia

Nadie en los canales, nadie en las calles, Venecia duerme en silencio. Sólo los maniquíes siguen de juerga nocturna. Sin cortinas, sin pudor, muestran su carne de plástico. Nadie mira, nadie se ruboriza, Venecia duerme en silencio.

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Sayonara

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Nadie me va a bajar del tren

19:45 Llegando a este punto empiezo a hacer memoria. 2010 el año que cambió mi vida, el año que hice realidad el sueño de vivir en otro país, lejos de -como dice mi madre- mi Madrid. Deseaba con todas mis fuerzas cambiar de vida, dar un giro. El mérito no es mío, no vivo lejos porqué yo lo haya buscado, pero sí sé que lo deseaba con fuerza. Desear, conseguir, disfrutar, vivir. Sólo deseo que todo por lo que he estado luchando no se desvanezca en un suspiro. Que la aventura siga, que la emoción no decaiga, que todo lo sembrado empiece a dar sus frutos. 2010 empezó muy bien fotográficamente hablando, cada semana tenía una buena nueva que contar. Seguí experimentando, fui dando forma a estilos que siempre había querido alcanzar, pero al final no dejé de ser fiel a mi mirada. En eso no quiero cambiar, mi búsqueda está en seguir creyendo en lo que hago, en dejarme llevar por lo que veo y materializarlo en instantáneas furtivas, efímeras, pero grabadas en un disco duro para siempre. No es fácil mantenerse en este mundo, pero sé que esta vez no quiero dejarlo escapar como ya hiciera hace 10 años. Esta vez quiero que la fotografía me acompañe por siempre, leitmotiv de mi vida, compañera inseparable. Para la gente que crea y tiene inquietudes, mantenerse en un continuo bucle de creacción es lo que nos da vida. Pura obsesión, a veces el insomnio me visita en la noche, pensando, maquinando, fotografiando imágenes en mi cabeza. Cada persona tiene algo por lo que luchar, lo mío es ésto y nunca dejaré de luchar porque se reconozca lo que hago. Nadie me va a bajar del tren.

¡Feliz año! salud, felicidad y arte para todos

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