Fotografías de autor

Fotografía social

Fotografía de producto

lunes, 28 de diciembre de 2009


A tres días para que termine el 2009, acabo de enterarme que la única compañera de trabajo que he tenido en dos años, piensa que soy una idiota. Eso, queridos lectores, da qué pensar. Y, no la culpo. Porque a estas alturas de mi vida, en muchas ocasiones, hasta yo lo sigo pensando.

Ahora que todos sabéis que soy idiota, me gustaría, aprovechando la ocasión, hacer balance de lo que ha supuesto para mí este año. Por un lado, no me gusta pensar en esta fecha como el fin y el comienzo de algo. Año nuevo, vida nueva. Eso dicen. Reunirse todos en torno a los típicos programas de televisión, llevar algo rojo, un vestido de gala, comer las doce uvas, brindar por lo que comienza... todo ello puede parecer una auténtica chorrada supersticiosa. Pero año tras año, seguimos cayendo en la trampa.

Qué queréis que os diga, podría hacer un resumen de mis nocheviejas desde que era una canija. Todas mis nocheviejas desde que empecé a disfrutarla con mis amigos a los 16 años. He pasado por todo. Noches de garrafón, de interminables colas, de chocolate y churros por la mañana, de románticos paseos por Madrid, de hoteles cerca del aeropuerto, de supervivencia intentando encender una chimenea en casas perdidas, de raves en fábricas abandonadas en las que no llegué a entrar y me quedé en el coche, hasta incluso -el año pasado- en un velatorio. Noches que no se olvidan pero que no quiero se vuelvan a repetir. Por eso, este año, cansada de haber pasado 27 nocheviejas en Madrid, mi cuerpo y mi mente me piden que me aleje de todos estos fantasmas. Despedir el año en Amsterdam, puede parecer más de lo mismo pero en otra ciudad. No me importa. Sé que será diferente.

Vaya añito este que se nos va. Me lo quería perder. Yo le llamo "el año de los reencuentros". Gracias a Facebook, no sólo me he reencontrado con viejos amigos -personas que jamás pensé volvería a verlas-, también ha surgido mi reencuentro con la fotografía, esa afición que tenía encerrada en el armario y se negaba a salir. Hubo un punto de inflexión. Por un lado conocer a personas que veían en mis fotos algo más que locuras transitorias. Por otro, animarme a seguir creando gracias a un link sobre lomografía que me envió uno de esos viejos amigos. Y así, poco a poco, sigo en este sueño que sigue creciendo día a día. También ha sido el año en el que he viajado más que nunca. Creo que he perdido la cuenta. El año que por fin conocí Suecia y Noruega. En el curro, he cambiado de oficina y en cierto modo de actividad. Al abrir un nuevo negocio, han surgido nuevos temas y he conocido a mucha más gente. Sigo sin tener piso, sí. Pero no se puede tener todo. No creo que en el 2010 vayan a cambiar mucho las cosas, aunque son 12 meses por delante y nunca se sabe, como no sabía que en este año... ejem, ejem... mejor me callo.

Sean buenos, no se atraganten con las uvas y vivan en paz, es altamente saludable. Os lo desea de corazón, vuestra Gemita.

lunes, 21 de diciembre de 2009



Intento encajar el título en este párrafo y me quedo sin palabras. Será porque es algo que no se puede explicar si no con imágenes bajo la banda sonora de una comedia inglesa. Ayer por la tarde, viendo "Love actually", lloré más que aquel día que la disfruté por primera vez en el cine. No me preguntéis porqué. Con los años me he vuelto cada más sensible. Mis ojos reaccionan a cualquier estímulo ahogándose como un barco tras una terrible tormenta. Pero, no importa. Con dignidad aguanto el chaparrón, la nieve y lo que haga falta. Un mundo sin emoción sería tan triste...

Sigo sin encontrarle hueco a mi título. Quizá en otro capítulo...

Popular Posts

Con la tecnología de Blogger.

Translate

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

http://www.ayudadeblogger.com/