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Sales a la caza y captura de una historia con tu cámara pero, un inesperado juego del azar te lleva a hacer garabatos en la oscuridad. Curioso, empiezas a experimentar. Como Pollock, utilizas el fondo negro de la noche para dar rienda suelta a tu imaginación. Movimientos calculados, medidos, esperando ver el resultado totalmente ajeno a la imagen que tienes en tu cabeza. El lienzo se revela, el resultado te agrada. Quieres más, vas a por más. Juegas con las luces de los coches, con la gasolinera a lo lejos, los semáforos, la radio, letras que van y vienen, sonidos que captas al viento, líneas que quedarán plasmadas en imágenes únicas. Nadie puede copiar tu obra, son fotografías únicas. Has dado rienda suelta a tu imaginación, te has dejado llevar y aquí está el resultado.